La Curva, asociación de ciclistas urbanas y rurales de Valladolid, aplaude la medida de cierre al tráfico del centro de la ciudad, en aplicación del protocolo de acción contra la contaminación.

Imagen procedente de http://www.valladolid.es

Consideramos esta decisión muy necesaria, y animamos al gobierno municipal a ampliarla a los barrios de la ciudad, que también sufren los efectos de la contaminación.

Estamos viviendo un febrero inusualmente cálido, sin lluvia, que nos pone sobre la mesa las terribles consecuencias de un cambio climático que ya está aquí. Cambio climático y contaminación del aire son dos caras de la misma moneda, causadas por la quema de combustibles fósiles, con el uso y abuso del coche privado como medio de transporte. Un medio de transporte muy poco eficiente, máquinas de más de 1.000 kg para transportar menos de 80 kg, que ocupan el espacio público, contaminan el aire, ponen en riesgo las vidas de todas las personas, e incrementan el nivel de ruido.

En estos días de cierre del centro al tráfico, ¡se oyen los pájaros! Y no solo eso, sino que se nos permite por fin pasear y disfrutar de la ciudad, charlar sin gritar, respirar sin toser, y comprar en el comercio local, sin prisa.
Desde la Curva consideramos que este es el camino a seguir: rebajar cuanto antes la velocidad máxima a 30 km/h,  en toda la ciudad, centro y barrios, peatonalizar calles sin miedo (¿alguien se imagina hoy la calle Santiago con coches?), disuadir a la minoría que usa el coche para dejar a su prole a la puerta del colegio (con un alarmante incremento de la obesidad infantil, deberíamos fomentar que caminen, no que vayan en coche de puerta a puerta).

En definitiva, velar por la salud de la población, como prioridad máxima, por encima de cualesquiera otros intereses.

A pie o en bici, nos vemos en las calles