bicis en verano

Define la RAE el adjetivo “necio/necia” como

1. adj. Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber. 

2. adj. Imprudente o falto de razón. 

3. adj. Terco y porfiado en lo que hace o dice. 

Y yo me pregunto: ¿acaso no deberíamos saber ya todas y todos que la contaminación asociada a los coches provoca alergias, asma y muertes? Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire causa el 24 % de todas las muertes de adultos por cardiopatías, el 25 % de las muertes por accidentes cerebrovasculares, el 43 % de los fallecimientos por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el 29 % de las muertes por cáncer de pulmón[1].

¿Es que aún queda alguien que no sepa que hemos superado ya el pico del petróleo? Desde 2006, según la Agencia Internacional de la Energía, se extrae cada año menos que el anterior[2]. Porque ya no queda petróleo barato que quemar, ya lo hemos quemado todo. Podríamos entrar en discusiones infinitamente estériles, propias de cenas familiares con muchos cuñados, sobre si los datos sobre escasez son más o menos rigurosos, o más o menos alarmistas. Da igual, te lo quieras creer o no, es lo que hay, el petróleo barato se acaba, y más vale que nos preparemos para ello. 

¿Tampoco hemos oído hablar del cambio climático? El transporte representa prácticamente la cuarta parte de las emisiones de efecto invernadero en Europa, según la Comisión Europea[3], y es la principal causa de contaminación. El asunto, a pesar del mito del coche eléctrico, es aún más grave. Según los datos que maneja la Agencia Europea del Medioambiente, los coches vendidos en 2019 contaminan más que los de años anteriores, y parece que la tendencia no frena[4]. ¿Por qué contaminan más, si la publicidad nos muestra esos coches tan “green”, que expulsan esencia de pino eléctrico por sus tubos de escape? Pues porque, por alguna extraña razón, quizá una merma de nuestra autoestima, o por aquello de “burro grande, ande o no ande”, cada vez se están vendiendo más SUV (Sport Utility Vehicle), básicamente utilizados para transportar criaturas al colegio. No solo SUV, también se venden cada vez más furgonetas pequeñas, algunas dedicadas al turismo campero, y otras al reparto de últimas millas, a cargo de falsos autónomos, falsos emprendedores tratando de sobrevivir. 

Ante estas certezas, que nadie en su sano juicio puede afirmar desconocer, si no es por necedad, el Ayuntamiento de Valladolid está tomando algunas medidas, modestas a mi juicio, y tardías, pero por eso mismo muy urgentes: peatonalizaciones, restricciones al vehículo privado, facilidades para los modos más sostenibles de movilidad, como el autobús y la bicicleta. 

No se entiende, si no es por necedad veraniega, la terca campaña de unos pocos voceros que gritan en redes: “¡quieren quitarnos el sitio al coche!”. Muy bien, premio para el caballero, ha cantado línea, seguimos para bingo. La mayoría de las personas, que nos desplazamos habitualmente por Valladolid a pie, sobre todo cuando vamos al centro, nos merecemos recuperar nuestra ciudad, sin humos, sin ruidos, y con seguridad. 

Tras estos meses tan extraños, en los que se nos ha dado la vuelta a casi todo, deberíamos haber reflexionado sobre la necesidad, y la urgencia, de facilitar los desplazamientos peatonales, para todos. Para todos incluye también a los niños y niñas, que en unos años han perdido prácticamente toda su autonomía para moverse por la ciudad, por su barrio, para ir al colegio solos, solas, andando. Porque nos da miedo que les pase algo, que “otro” coche (no el nuestro, claro) les atropelle. Y para que vayan más anchos nos compramos un SUV, que dejaremos parado en doble fila a la puerta del colegio, no sea que nuestras desvalidas criaturas vayan a coger frío caminando 100 metros hasta la puerta del cole. 

Ahora que estamos hablando sobre la vuelta al cole, aunque sea tarde, tardísimo, ¿qué tal si nos proponemos pintar zigzag amarillo alrededor de los colegios, como ya han hecho en ciudades como Londres, Bristol, Manchester o Vitoria? Sería una manera rápida, sencilla y barata de facilitar que, al menos al entrar y salir, las niñas y niños puedan mantener la distancia de seguridad. Con otras personas y, por supuesto, con los coches. 

En cualquier caso, como nos recuerda nuestro refranero, “a palabras necias, oídos sordos”. Así que, Ayuntamiento de Valladolid, adelante con la responsabilidad que se ha asumido: hacer de Valladolid una ciudad amable, vivible y sostenible, también en cuestiones de movilidad.

Carmen Duce

Miembro de la Asociación La Curva


[1] https://www.who.int/es/news-room/detail/02-05-2018-9-out-of-10-people-worldwide-breathe-polluted-air-but-more-countries-are-taking-action#:~:text=La%20OMS%20estima%20que%20cerca,%2C%20cardiopat%C3%ADas%2C%20c%C3%A1ncer%20de%20pulm%C3%B3n%2C

[2] https://www.nationalgeographic.com/news/energy/2010/11/101109-peak-oil-iea-world-energy-outlook/

[3] https://ec.europa.eu/clima/policies/transport_en

[4] https://www.eea.europa.eu/highlights/average-co2-emissions-from-new-cars-vans-2019