Sus objetivos son recuperar la ciudad, mejorar la calidad del aire, apoyar al pequeño comercio y facilitar el tránsito peatonal, la movilidad ciclista y el uso del transporte público

La Asamblea Ciclista, la Asociación Cultural Ciudad Sostenible, la Asociación de Ciclistas La Curva, Ecologistas en Acción y la Federación Vecinal Antonio Machado se han unido para valorar y realizar aportaciones de mejora al conjunto de “Medidas para ordenar la transición hacia una nueva movilidad” presentadas por el Ayuntamiento de Valladolid, medidas municipales que contiene actuaciones con diversos plazos de realización -algunas ya ejecutadas- y que buscan un mejor acomodo para la movilidad peatonal, ciclista y en transporte público por toda la ciudad.

Los cinco colectivos comparten el sentido general de las medidas propuestas por el Ayuntamiento de Valladolid -peatonalizaciones, mejoras para la movilidad ciclista y nuevos carriles para el transporte público- y los esfuerzos por favorecer pautas alternativas de movilidad en un momento en que hay que resolver a favor de las personas los problemas planteados por el coronavirus.

“La apuesta por aumentar los espacios del peatón y de los ciclistas nos parece necesaria y, en ese sentido, apoyamos buena parte de las medidas presentadas, aunque nos parecen insuficientes para la emergencia actual”, señalan. Y por ello, aportan también sus propuestas para recuperar la ciudad, mejorar la calidad del aire, apoyar al pequeño comercio y facilitar el tránsito peatonal, la movilidad ciclista y el uso del transporte público. También quieren apremiar al Ayuntamiento para que actúe con rapidez porque muchas medidas son urgentes en la situación actual.

Los 5 colectivos sociales agrupan sus aportaciones para mejorar la propuesta municipal en cuatro bloques: movilidad peatonal, movilidad en bicicleta, transporte público y el marco general que pone orden en la movilidad.

En relación con las peatonalizaciones, a estas organizaciones les parecen escasas y acotadas al centro de la ciudad. “Deben extenderse a todos los barrios para facilitar el tránsito peatonal. Como medidas urgentes defendemos la necesidad de ordenar con indicaciones mínimas dicho tránsito y cuidar los espacios peatonales en las zonas de terrazas para permitir el cumplimiento de las distancias de seguridad. Además de zonas peatonales, también se deberían crear “zonas 20/residenciales (señal S-28)” en toda la ciudad”, reclaman.

En relación con la movilidad ciclista, valoran el esfuerzo por ampliar las facilidades a la bicicleta y añaden las siguientes propuestas para el “plan municipal”. En primer lugar, controlar efectivamente la velocidad en las calles de “carril 30”. Sin ese control costará incrementar la utilización de la bici por esas calles y se dificultará la existencia de corredores ciclistas seguros. En segundo lugar, estos colectivos tienen dudas sobre el buen funcionamiento de los nuevos ciclocarriles colocados a la izquierda de los carriles privativos para el transporte público. En tercer lugar, piden que se facilite que las calles peatonales sean compartidas con bicicletas, siempre con prioridad para el peatón y a baja velocidad. En cuarto lugar, reivindican completar con mayor audacia los carriles propuestos, mejorar las comunicaciones entre barrios y proponer soluciones eficaces para el tránsito de bicicletas en todas las grandes arterias de la ciudad y en las vías de comunicación con los municipios del alfoz. Y, por último, solicitan que se fomente el uso de la bicicleta con campañas e incrementando los aparcamientos.

Estas organizaciones de la ciudad entienden, refiriéndose ya a los autobuses municipales, las dificultades que tiene actualmente ese tipo de transporte donde las medidas de distanciamiento entre personas obligan a mayores medios y al mantenimiento de un esquema claro de funcionamiento a todas horas del día. Pero señalan que “la información debe ser también ahora exhaustiva en lo referente a frecuencias, separaciones y colocación de los usuarios y que no se puede renunciar a recuperar todas las frecuencias que existían antes de la pandemia en cuanto sea posible”.

Por último, la Asamblea Ciclista, la Asociación Cultural Ciudad Sostenible, la Asociación de Ciclistas La Curva, Ecologistas en Acción y la Federación Vecinal Antonio Machado coinciden en que la necesidad de un marco más amplio para las actuaciones previstas remite a un problema crónico de nuestra ciudad: la mala calidad del aire que respiramos. “Desde el año 2017 nuestras instituciones, tanto la Junta como el Ayuntamiento, tienen la obligación legal de elaborar un Plan para acabar con esa situación que ha vuelto a reproducirse en 2019”, recuerdan. Estos colectivos consideran que el diseño y la puesta en marcha de una Zona de Bajas Emisiones constituye el instrumento más eficaz para acabar estructuralmente con los problemas de calidad del aire en la ciudad y dar un vuelco y un sentido básico a nuevas formas de movilidad, acotando sustancialmente el uso del vehículo privado. En los países de la Unión Europea ya hay cerca de 200 ciudades que han apostado por esa opción y en nuestro país Madrid y Barcelona han mejorado su movilidad y su calidad del aire desde que las han puesto en marcha. “Es necesario actuar ya -señalan estos colectivos- porque el objetivo de las “Medidas municipales”, a pesar de acotar algunos espacios para el vehículo privado, contempla un incremento del tráfico de vehículos”.