Mi madre decía: a mí me gustan las personas rectas.
A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.
Jesús Lizano, Las personas curvas
Pocas cosas pueden ser más gratificantes para un colectivo que nace que ver que en su presentación, el local elegido para ello se llena de gente, de gente amante de la bici, de «ciclantes» (casi todos) pucelanas y foráneos y, por supuesto simpatizantes de la bici (que esperamos convertirlos en breve en ciclantes).
Así ha nacido «La Curva», con una presentación en sociedad por todo lo alto. Con la presencia de Juan y Eli y su magnífica puesta en escena del «Manual Ilustrado del Ciclismo Urbano» del Gato Peraltez. Con dos invitados que, para nosotros fueron de lujo y con unos anfitriones, la biblioteca libre Entre líneas, geniales, con toda la sala preparada y todo listo para llegar y presentar.
Y fue un éxito, tanto para los que comenzamos esta nueva aventura colectiva como para el autor y, esperamos que para todos los asistentes.
Y estupendo -aunque algo frío al principio- fue el recorrido que hicimos el sábado por Valladolid, atentos a las siempre entretenidas explicaciones de Jesús Ojeda, que nos hizo de guía en una típica mañana vallisoletana (niebla incluida) de las que casi no quedan.
Esperamos contar en breve con más actividades de este tipo que seguro que harán las delicias de todos los ciclantes que nos sigan en La Curva. Os recordamos que ya tenemos prevista nuestra próxima actividad, en este caso una ruta por el Canal del Duero a la que estáis todos invitados y de la que recibiréis más información pronto.